Il Passaggio by Capanna In Montalcino

Piccolo ristorante all’ interno dell azienda locale molto accogliente con una vista su Montalcino il personale è molto gentile e disponibile il menù è fuori dai soliti canoni con molta qualità carta dei vini , oltre ai propri, molto ampia il prezzo è adeguato a servizio ed a quanto mangiato da riprovare

Mezcla de sensaciones en este restaurante, empecemos por lo bueno. Pedimos el menú de cuatro platos y 55€ por persona: un entrante (a elegir entre dos), dos principales y un postre. Tartare di Chianina I.G.P., Noci, Sedano Rapa, Tuorlo Affumicato, Pane di Segale Uovo Morbido, Funghi, Castagne, Cavolo Nero, Pecorino Ravioli Ripieni di Cinghiale in “Dolceforte”, Uva, Pinoli, Cacao Anatra in Due Cotture, Rape, Prugne, Pepe Rosa Mousse alla Ricotta, Castagne, Mela Cotogna, Rosmarino Todos los platos nos parecieron muy buenos da sabor, bien elaborados y bien presentados. Quizás de cantidad algo escasos para los que nos gusta comer. Acompañamos los platos principales con un vino tinto de la bodega, Brunello di Montalcino D.O.C.G. y el postre con un vino moscatel también de la bodega, Moscadello di Montalcino, muy bueno. El personal que nos sirvió el menú amables y serviciales, intentando agradar en todo momento. Precio correcto. No puedo terminar esta reseña sin comentar un percance que tuvimos al inicio de la cena, cuando llegamos al restaurante y nos dijeron que no había ninguna reserva a nuestro nombre, cuando había recibido un correo electrónico confirmando la misma dos meses antes y esa misma tarde nos la habían vuelto a confirmar en la recepción del hotel al hacer el check-in. Independientemente de quien cometiera el error, todo el mundo comete errores, el jefe de sala culpó al personal de la recepción y les obligó a acudir a disculparse, lo que me parece vergonzoso hacer a un compañero. Lo que realmente me molestó fue la gestión para encontrar una solución por parte del jefe de sala, que argumentaba que el restaurante estaba lleno. Solución que finalmente llegó de otros clientes que nos comunicaron que no tardarían en terminar. La solución propuesta fue ofrecer servicio de habitaciones. Solución que podría ser válida para una tarde noche de verano, ya que cada una de las suites dispone de jardín privado con vistas al valle. Pero no para una noche de otoño, lloviendo. ¿Ir a la Toscana para cenar encerrado en tu habitación? En mi opinión, se debería haber propuesto una espera en la terraza del restaurante y preparar la primera mesa que quedará disponible, independientemente de la hora que fuera, y permaneciendo la cocina abierta hasta el final de nuestra cena (no fuimos los últimos en abandonar el restaurante). El cliente debe ser lo primero, y no nos sentimos así. Como recompensa a lo sucedido, realizaron un descuento del 10% en la cuenta, que dimos de propina para el resto del personal que trabajaron estupendamente.